La historia del cultivo de la vid en La Horra se remonta a tiempos ancestrales, con evidencias que datan de la Edad del Bronce, pasando por la época romana y consolidándose durante la repoblación en el siglo XII. Ya en el siglo XIX, la producción alcanzaba las 100.000 cántaras de vino al año (1.600.000 litros), reflejando la fuerte tradición vitivinícola de la zona.
La Horra se encuentra en el centro de la Ribera del Duero, al norte del río Duero. Rodeada de monte y bosques, las suaves laderas albergan centenares de hectáreas de viñedo, donde la Tinta Fina es la variedad protagonista.
Los suelos son profundos, donde encontramos arenas con estratos calcáreos y arcillosos, esto, unido a que estamos en la parte mas fría de la Ribera del Duero burgalesa, la Tinta fina nos ofrece una finura y riqueza aromática única.
El clima es continental, con marcados contrastes de temperatura entre el día y la noche. Esta oscilación térmica favorece la elaboración de vinos con una expresión aromática intensa, mayor profundidad y excelente estructura.